Eco De Amor
Siempre hay imágenes de personas que, hagamos lo que hagamos, jamas desaparecerán. El original puede salir de nuestras vidas pero como los tañidos de unas campanas siguen repitiendo en el vacío. A veces, la memoria de alguien es más poderosa que el propio individúo. El individuo es un ser humano lleno de fallos e imperfecciones. Pero al riesgo de sonar como Ra’s Al Ghul en Batman, si esa persona se transforma en un recuerdo es inmortal libre de todos los limites del cuerpo y la realidad.
Si somos afortunados esos tipos de personas son los que nos trajeron algo positivo a nuestras vidas, figures honradas que nos cambiaron para el mejor. Pero también hay los ecos que vienen de la negatividad que a pesar de cualquier esfuerza siguen agarrando el corazón. Cuando se trata de alguien que amabas esa presencia permanece en rincones secretos del alma.
Después de todo, los recuerdos terminan como nada más que unas voces desvanecidas dentro de los túneles de la mente. El momento ya pasó, lo único que queda es el legado en toda su alegría y dolor.
Las memorias de un ex es como vivir en una casa embrujada, llena de giros y vueltas por unos pasillos serpenteantes. Se cruza con vistas inesperadas que en su momento traían pasión y sonrisas, pero tras el paso del tiempo se corrompieron, la felicidad transmutada por una alquimia oscura en algo terrorífico y siniestro.
Como cada fantasma que merece el nombre, salta sobre su víctima en la soledad, esas noches solitarias amortajadas con tinieblas. Uno se cree sano y salvo caminando por las salas pensando en nada concreto. Pero sin pedirlo sale un sonido demasiado similar a su risa, un dulce perfume que enriqueció su cabello, un ligero rozamiento cómodo que desaparece tan velozmente que podría haber sido un producto de la imaginación.
Recordando un ex es mirar al cielo de noche para sentir luz. Por el día los rayos brillaban, su calor llenaba el cuerpo con acaricias, daban besos llenos de vida. Pero el día se acabó y vino la noche. Los rayos de la luna son nada más que estafadores, mandan una luz pálida y fría. Eso es cuando la verdad se revela, la luna es un eco del sol dando una esperanza falso, la esperanza más cruel que hay.